viernes, 5 de septiembre de 2014

Esquicio


El ejercicio consistía en la resolución de un “espacio de encuentro y reflexión de uno con lo natural”. Este tendría que estar emprendido entre  100/200 m2 constando de superficies cubiertas, semicubiertas y al aire libre.
Se diseñó un espacio de recorrido, donde existe un equilibrio en la iluminación del interior, evitando que los espacios internos se oscurezcan por completo. Esta luminaria proporciona cierta calidez y claridad.




Hay una relación interior - exterior, que permite la libre circulación del aire, no solo en el gran espacio central abierto sino también en aquellas paredes que constan de pequeñas aberturas verticales, que reflejaran la luz del atardecer hacia el interior.



Las alturas varían para dar distintas sensaciones de espacialidad a medida que se va recorriendo. Ambos accesos son amplios, pero se estrechan hacia el centro para culminar en el gran cuadro semicubierto que tiene como visual principal la barranca y el rio de fondo.


La materialidad elegida fue el acero, ya que consta de poco mantenimiento, y es un material poco afectado por la corrosión. También permite ser plegado de diversas maneras, y al tener poco espesor no proporciona visualmente una sensación cargante.